No existe enemigo pequeño. Un diminuto perro chihuahua logró detener a un peligroso narco que se dio a la fuga tras un operativo de rutina en la localidad tucumana de Bella Vista. El sujeto se escondió en un árbol y el pequeño can, que obviamente estaba lejos de pertenecer al escuadrón detector de narcóticos, lo deschavó al ladrarle.
Todo comenzó cuando el delincuente, apodado "Comadreja Vieja", escapaba de la policía tras una frustrada entrega de droga. El individuo fugitivo se escondió en la copa de un árbol, y de no ser por la pequeña mascota, habría huido, ya que la policía no había notado su escondite.
Medios locales indicaron que el animal, mascota de un vecino de la zona, comenzó a ladrar de manera insistente y a mirar hacia un árbol de mora, lo que alertó a los uniformados. No era un gato, era el prófugo quien lo alteraba.
Tras varios minutos de una infructuosa negociación, el sujeto intentó bajar, pero finalmente cayó al suelo como fruta madura dándose un tremendo porrazo y pudo ser detenido. Se constató que se trataba de un buscado dealer de la zona. En su poder le encontraron 25 envoltorios de marihuana y 500 pesos.
El hecho ocurrió el mismo día en que, en la ciudad de Buenos Aires, una perra llamada Gala salvó a su dueño Guillermo de un derrumbe en el barrio porteño de Palermo, al ladrarle a una pared que termino aplastándola. Fue un día de canes heroicos, parece. Y recientemente, el 29 de abril, se festejó justamente el Día del Animal. Pero no trascendió el nombre del perro antinarco improvisado.
La chihuahua es una raza de perro originaria de México. Recibe su nombre del estado mexicano de Chihuahua, lugar donde fue descubierto. A diferencia de la creencia que existe en algunos países de que el perro le dio el nombre al estado, la palabra chihuahua significa "lugar árido y arenoso" en la lengua del pueblo rarámuri.
Aunque es conocido en muchos lugares fuera de México como chihuahua, el nombre oficial de la raza es chihuahueño y es considerado la raza de perro más pequeña del mundo.
Y paradójicamente, justo en el estado mexicano de Chihuahua operan dos grandes cárteles de la droga: el de Juárez y el de Sinaloa.
Cada uno tiene subdivisiones que son controladas por jefes de plaza, los cuales tienen bien definidos sus territorios dentro de la entidad, dedicándose a distintos delitos como la siembra, cosecha y traslado de droga, la elaboración de droga sintética y su traslado, la tala clandestina y la venta de madera, el robo de hidrocarburos y su venta, entre otros como extorsión, secuestro y el robo de vehículos.
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