Kaily, una nena de Mississippi, Estados Unidos, perdió repentinamente la capacidad de caminar y hablar al recibir una picadura de garrapata en la cabeza, por una condición poco común que produce parálisis.
Al principio, Jessica Griffin, la mamá, le restó importancia cuando su hija le dijo que no podía mover las piernas. Desprevenida, pensó que las tenía dormidas, explicó a The Washington Post.
Posteriormente, vio que Kaily tenía una garrapata incrustada en el cuero cabelludo, una zona donde había una pequeña hinchazón con sangre, y fue ahí cuando reaccionó.
Rápidamente, le sacó el insecto y lo puso en una bolsa de plástico. Luego acudió al hospital con la nena, donde los doctores le dijeron a Griffin que su hija sufrió la inusual condición llamada "parálisis por garrapatas".
El padecimiento se produce por garrapatas hembras a punto de poner huevos y los expertos explicaron que estos insectos son más activos de abril a septiembre. La Fundación Estadounidense de Enfermedad de Lyme explicó en su página web que después de que se alimenta de sangre y se hincha la zona, se agrega una neurotoxina.
Después de un corto tratamiento, Kailyn ya está recuperada y todo "volvió a la normalidad". Su madre le agradeció a todos los que oraron por la pequeña y principalmente a su doctora: "Gracias a todos los que han llamado, mensajes de texto, mensajes de fb, orado por este bebé, etc. Te prometo que he leído cada uno de ellos incluso si no respondo".
Los síntomas de la parálisis de garrapata suelen aparecer de cinco a siete días después de que el insecto comience a alimentarse. La sensación comienza en las piernas, luego se extiende a las extremidades superiores y se puede manifestar como fatiga, entumecimiento y una incapacidad creciente para moverse.
En las etapas posteriores, es más difícil para la víctima mover la cara o la lengua. Si no se hace nada, la toxina en última instancia hace que sea imposible para una persona respirar, lo que puede resultar en insuficiencia respiratoria./tn.com.ar
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